EL
MUNDO
4 marzo
2018
Estar
más delgada no te hará más feliz... aprende a quererte en cada edad
Gema G. Marcos
Las españolas vivimos una media de 85,5
años. Nuestros expertos nos dan las claves para exprimirlos a tope
El siglo XXI nos ha regalado salud. Desde que comenzó, la
esperanza media de vida a nivel mundial ha aumentado en cinco años, el mayor
avance desde los años 60, según las cifras de la OMS. Las españolas somos de
las más longevas -vivimos una media de 85,5 años- por lo que ocupamos el tercer
lugar después de las japonesas y las mujeres de Singapur y, además, vivimos más
que nuestros compañeros varones que alcanzan los 80,1 años de vida.
Siguiendo la teoría del ciclo vital de Erik Erickson nuestra
vida transcurre a través de etapas ligadas a los cambios que se producen en el
cuerpo, la mente y las relaciones. Hemos retocado el modelo de Erickson para
adaptarlo a la nueva y longeva mujer de ahora. Celebre el próximo 8 de marzo
Día de la Mujer con estas propuestas de Fer González, subdirectora de Arsenal
Femenino Madrid, María Amaro, experta en nutrición de la Clínica Feel Good (Madrid) e Isabel
Serrano-Rosa, psicóloga de Enpositivosí.
De los 20 a los 30
años: la identidad
Ejercicio. Tenemos una energía brutal y nos gustan las clases cañeras. Y
como no se suelen tener lesiones, nos lo podemos permitir. Por eso, la
recomendación es dedicar todo el tiempo de ocio a cuidarnos y acostumbrarnos a
caminar lo máximo que podamos.
Alimentación. Lo más aconsejable son las proteínas de calidad, obtenidas
de carnes magras, pescados, huevos y legumbres cocinadas sin grasa. También los
lácteos desnatados (leche, yogures y quesos). En torno a los 25 años, el cuerpo
sigue construyendo hueso por eso es muy importante prevenir la osteoporosis no
solo con los lácteos sino también comiendo a diario nueces y aumentando la
ingesta de semillas de sésamo, rúcula, canónigos o
brócoli.
Mente. Tenemos las primeras ideas claras de quienes somos. Ha llegado
el momento de encontrar nuestro lugar en el mundo. Hay que buscar sentirse
cómoda con nosotras mismas y dejar atrás los pensamientos limitantes y las
exigencias que no ayudan, como las que dicen que sólo seremos perfectas y
amadas si nos metemos en una talla 38. Debemos mirarnos al espejo cada día para
decirnos "¡me aprecio!".
Relaciones. Somos jóvenes, soñadoras y vitales. La timidez de la
adolescencia se va venciendo poco a poco y las relaciones sociales se vuelven
cada vez más importantes. Estamos todavía muy influidas por lo que se espera de
nosotras. Para autoafirmarnos necesitamos el apoyo de nuestras amigas y mejorar
la relación con nuestras propias madres u otras figuras femeninas de la
familia, después de las crisis de la pubertad.
De los 30 a los 40
años: el amor
Ejercicio. Es la franja de edad en la que suele quedarse embarazada la
mayoría de las mujeres. Hay que preparar el cuerpo para lo que está por llegar,
hacer entrenamientos integrales que ayuden a mantener el equilibrio y alternar
las clases colectivas con las sesiones de tonificación. Es esencial tomar
conciencia de la importancia del fortalecimiento del suelo pélvico.
Alimentación. Debemos dar un protagonismo especial a las proteínas, las
legumbres, las verduras (las de hojas verdes contienen clorofila: favorecen la
desintoxicación y son fuentes de ácido fólico) y los frutos secos, cuya grasa
tiene un efecto protector contra enfermedades cardiovasculares. Es necesario
incluir de dos a tres porciones de lácteos al día para prevenir la
osteoporosis. También, incrementar la hidratación y el consumo de fibra a la
vez que reducir el de sal para evitar la retención de líquidos. Fresa, manzana
y sandía se asocian con la reducción del riesgo de cáncer.
Mente. Nuestro corazón late deprisa y nuestro reloj biológico hace tic tac. Nace el deseo de relacionarse de una manera íntima y
comprometida con una pareja después de los experimentos de la década anterior.
Pensamos en estabilizarnos: tenemos una profesión y queremos formar una
familia. Algunas deciden que su camino no es la maternidad y eligen tener vidas
plenas a través de su trabajo, su familia, la pareja, sus aficiones o el arte.
Para todas la autoestima se incrementa adquiriendo una gran confianza en una
misma. Es el momento de centrarnos en las soluciones y de establecer un diálogo
cooperador con nosotras mismas.
Relaciones. Empieza el mantra "se te
pasa el arroz". Ser madre parece ser el mayor deber de las mujeres
todavía. En muchas aparece el deseo sincero de la maternidad, que puede ser
vivida de manera dolorosa cuando el embarazo resulta difícil. Algunas tienen
que decidir cómo conciliar la profesión y la maternidad. Mantener una relación
íntima saludable significa tener un interés profundo por el otro, sin dejarnos
a un lado, para dar y recibir sin sentimiento de pérdida o con una dependencia
excesiva, manejando la posesividad.
De los 40 a los
50: la educación
Ejercicio. Conocemos nuestro cuerpo a la perfección y sabemos cuáles son
nuestras limitaciones. Es la época de los retos: ¡las cuarentañeras
tienen más ganas de entrenar que nunca! Nos gustan el boxeo, los circuitos
metabólicos, las sesiones de ciclo, disciplinas que combinamos con total barre,
yoga y pilates, porque nos gusta estar fuertes, pero
también estilizadas. Mujeres que nunca han corrido empiezan a hacerlo.
Alimentación. Es conveniente elegir verduras y frutas frescas, fuentes de
fibra (la frambuesa es la campeona) y vitamina C, que tienen un alto poder antiaging. No es casualidad que los aguacates estén tan de
moda. Sus grasas saludables son una de las mejores maneras de controlar el
apetito. Además de pescado azul, espinacas o frutos secos (todos ellos ricos en
omega-3) tenemos que comer legumbres.
Mente. Una mujer de 40 años ya sabe lo que quiere. Muchas eligen la
maternidad tardía o bien sus hijos crecen y se van haciendo adolescentes, lo
que plantea nuevos retos. El perfeccionismo puede jugar una mala pasada y hacer
que nos cueste trabajo delegar, lo que lleva a la sobrecarga. Es una fase en la
que se acostumbra a dar mucho. Trabajar y seguir educando a la familia puede
ser agotador, lo que hace que a veces nos sintamos cansadas y enfadadas. Para
todas, sean o no madres es el momento de trazar límites y dedicarse unos
minutos al día para relajarse.
Relaciones. Tener cuidado de los hijos es una tarea gratificante, pero
en muchos momentos agotadora. Puede ser una fuente de conflictos con la pareja.
Lo mejor en esta etapa es salir al menos una vez al mes con nuestra pareja para
hacer alguna actividad lúdica. También es saludable quedar con las amigas para
divertirnos o hacer un viaje.
De los 50 a los 60
años: liderar
Ejercicio. Llegan los calores y la lucha contra la báscula. Ante esta
auténtica revolución interna es fundamental adaptar nuestra rutina fitness. El entrenamiento de fuerza es vital para evitar
problemas en nuestras articulaciones y nadar es muy recomendable. El trabajo
acuático en vertical nos ayudará a combatir la retención de líquidos y el pilates a tener una figura más estilizada.
Alimentación. Hay que incluir en la dieta antioxidantes, como el
chocolate negro, el café, el té o el vino. Este conjunto de alimentos,
consumidos en las porciones adecuadas, puede traer beneficios para el sistema
vascular y prevenir enfermedades como el cáncer. Ahora más que nunca resulta
básico tomar la cantidad adecuada de lácteos y derivados para combatir la
osteoporosis y otras enfermedades en los huesos.
Mente. Muchos se empeñan en hacernos creer que, con la menopausia,
entramos en el tren de la bruja: sofocos, insomnio, irritabilidad, kilos de
más, tristeza, etc. Hoy hay muchas alternativas que tratan estos síntomas. Es
el momento de rediseñar un nuevo proyecto de vida, de reactivar tu carrera o
buscar nuestra vocación.
Relaciones. Los hijos se van de casa. Surge un nuevo deseo de
independencia, recuperar la propia vida porque se tiene la salud y las
posibilidades para hacerlo. La pareja necesita reencontrarse, lo que puede
suponer una crisis, pero también una oportunidad para tener una segunda
oportunidad y se puede reactivar la sexualidad.
De los 60 a los 70
años: disfrutar
Ejercicio. Tan importante es mantener en forma nuestra cabeza como nuestro
cuerpo. Programas de fitness mental, como Activa tu
cuerpo y estimula tu mente nos ayudarán a conseguirlo. En esta fase son ideales
las clases de gimnasia acuática porque las articulaciones no sufren y el agua
ayuda a tonificar. Bailar y caminar pueden ser dos trabajos cardiovasculares
perfectos para esta etapa.
Alimentación. El plan ideal sería: tres o más piezas de fruta, dos
raciones de verdura y de cuatro a seis de cereales integrales al día; a la
semana tendríamos que tomar entre tres y cuatro raciones de carnes poco grasas;
tres o cuatro de pescado y de huevos.
Mente. Llega la jubilación, el jubileo, que procede de júbilo
(alegría). Las curvas de la felicidad dicen que entramos en uno de los mejores
momentos de la vida. Una paciente encontró su respuesta: «Soy una vieja-niña»,
con la sabiduría de la edad y la energía de quien tiene aún tiempo por delante.
Relaciones. Después del reencuentro con la pareja de la década
anterior, seguimos disfrutando juntos o rompemos porque los dos hemos elegido
caminos de crecimiento diferentes buscando ilusiones externas. También se puede
estar haciendo frente a la pérdida de los propios padres, lo que provoca un
intenso dolor. Mientras que los nietos vuelven a llenarnos de alegría.
70: Envejecer.
Ejercicio. En el agua nos seguiremos sintiendo ágiles y ligeras, entrenando
sin que sufran nuestras articulaciones. Caminar media hora cada día nos
oxigenará por dentro y por fuera.
Alimentación. Es conveniente aumentar el aporte proteico. Además, hay
que incidir en la ingesta de vitamina D y calcio. Con los años también hay que
incorporar a la dieta más alimentos con fibra y más líquidos porque el tránsito
intestinal y las digestiones se ralentizan y son frecuentes los problemas de
estreñimiento o de diarrea.
Mente. Erickson habla de una etapa de integridad frente a caer en la
desesperación por el tiempo que pasa. Hay dos formas de envejecer, una buena y
una mala. La primera aporta y sigue sintiendo que pertenece y puede apoyar a su
comunidad, la segunda se encierra en sí misma, en las enfermedades, los
achaques y los dolores.
Relaciones. Ahora que no tenemos por qué asociar vejez con enfermedad y
podemos disfrutar de la pareja, la sexualidad envejece y cambia, pero no muere.
Muchos de los miedos son innecesarios y mientras vas al teatro o de viaje no
piensas en ellos. Y usted, ¿se imagina cómo va a envejecer?
En la consulta del
ginecólogo
El doctor Alfonso Duque Frischkorn,
de la Unidad de la Mujer del Rúber Internacional nos
explica cómo debe cuidarse la mujer en estas etapas.
JUVENTUD. "Es muy importante vacunarse contra el virus
del papiloma humano y acudir al ginecólogo al iniciar las relaciones sexuales
para valorar el método anticonceptivo y si se sufren dolores menstruales o
irregularidades en las reglas".
PERIMENOPAUSIA. "Se agudiza la necesidad de ir
anualmente al ginecólogo y de autoexplorarse las
mamas. El uso de un medio anticonceptivo es esencial porque en esta época se
pierde miedo al embarazo. Se aconseja someterse a valoraciones del suelo
pélvico".
MADUREZ. "Aumenta la incidencia de patologías, como el
cáncer de mama. Muchas pacientes sufren incontinencia urinaria pero no lo
comentan por vergüenza y es un gran error porque hay tratamientos eficaces para
controlarla".